Legendarias se han vuelto las numerosas historias de las embarcaciones españolas que partieron a la Selva en búsqueda del oro de los indígenas sin encontrar lo que buscaban. Aunque de haber prestado menos atención a la promesa esquiva del oro tradicional y concentrarse más en la riqueza natural de la selva, habrían encontrado una veta interminable de oro rosado en forma de una pequeña baya roja y de textura similar a las uvas, llamado Camu Camu.

El Camu Camu crece en un arbusto de hasta 8 metros en los bancos de los ríos, una de las pocas plantas cultivables que toleran y se nutren de la alta humedad, calor, precipitaciones e inundaciones típicas de la Selva trópical. Su sabor es parecido al del limón o una naranja agría, y todo, desde la cáscara hasta la semilla, es una explosión constante de vitamina C, energía y compuestos que incrementan la salud del cuerpo humano en cada célula.